CUANDO LA NIEVE ABRAZA AL SOL

SETEFILLA GARCÍA COBOS


Había una vez, en lo alto del Tirol del Sur, dos personajes muy diferentes.
La señora Nieve vivía en la montaña. Blanca y brillante, cubría las cumbres con su manto suave. Siempre seria y silenciosa, caminaba despacio, dejando un rastro frío. Su presencia daba calma, aunque también imponía respeto.
El señor Sol, en cambio, vivía en el valle. Dorado y alegre, llenaba los prados de luz y calor. Siempre cantando y sonriendo, hacía que las flores se abrieran y que los niños corrieran felices bajo sus rayos.
Ambos se miraban de lejos, desconfiados.
—Yo soy la más importante —decía la señora Nieve con voz firme—, porque sin mí no habría agua clara que bajara de las montañas.
—¡No, no! —respondía el señor Sol, brillante y orgulloso—. Yo soy el más importante, porque sin mi calor nada crecería en los campos.
Las discusiones se repetían cada día, y poco a poco el valle entero se llenó de tristeza. Los ríos parecían fluir más despacio, las flores se cerraban, los pájaros callaban. Incluso los niños dejaron de jugar, cansados de oír aquella pelea interminable.
Entonces apareció la Madre Naturaleza. Nadie supo de dónde venía: algunos decían que surgió del murmullo de los árboles, otros que llegó escondida en el viento. Se presentó con voz suave y profunda, como un canto gregoriano:
—Queridos míos, no sois enemigos. Sois un regalo el uno para el otro. Vuestra fuerza no está en la rivalidad, sino en la unión. Juntos podéis crear algo maravilloso.
La señora Nieve y el señor Sol se miraron sorprendidos. Nunca antes habían pensado en colaborar. Tras un momento de silencio, decidieron intentarlo.
La Nieve descendió hasta los prados, regalando frescura y agua cristalina. El Sol, con dulzura, derramó su calor dorado sobre la tierra húmeda. Y entonces, ante los ojos asombrados de todos, brotó un pequeño árbol. Sus ramas crecieron rectas y fuertes, sus hojas brillaban con un verde intenso, y pronto comenzaron a aparecer frutos rojos y resplandecientes: las manzanas Marlene.

DESCRIPTION

En un valle del Tirol del Sur, la señora Nieve y el señor Sol discuten por ser los más importantes. La Madre Naturaleza les muestra que, unidos, crean vida. De su colaboración nace un manzano mágico con manzanas Marlene, que combinan frescor y calor. Al probarlas, los niños descubren el valor de compartir, y Nieve y Sol aprenden que la verdadera riqueza está en complementarse.


INSPIRATION

Me inspiró la idea de mostrar cómo los opuestos, en vez de enfrentarse, pueden unirse y crear belleza. La nieve y el sol simbolizan contrastes que todos conocemos —frío y calor, silencio y alegría—, y la Madre Naturaleza aporta la voz sabia que recuerda que la verdadera riqueza surge de la colaboración y de compartir lo que cada uno lleva dentro.